Una niña de 14 años, con un violín rescatado del olvido en el granero de su abuela, obtuvo en 1952 el premio Sarasate.
En el campo de la física acústica existe un fenómeno específico vulgarmente llamado “lobo” o “nota lobo” que afecta a algunos instrumentos de cuerda frotada. Como podremos ver, hay instrumentos más propensos a ello y examinaremos qué factores lo acusan o minimizan.
Lo cierto es que no hay una fórmula mágica, pero debería estar como mínimo a la altura de tu violín. Hay quien dice que debe costar la mitad que el violín, otros que la cuarta parte o incluso que casi lo mismo. Lo importante es que se adapte a ti, a la música que interpretas y a tu forma de tocar.
• Historia, su origen.
La cuestión de cuándo y dónde se inventó el arco es de interés porque el hecho de que fuera posible hace de los instrumentos de cuerda frotada el más importante en la música actual. Autoridades dan diferentes respuestas a esta pregunta, y este artículo le dará sólo la opinión predominante.
Los estudiosos están de acuerdo en que los instrumentos de cuerda, como categoría, existían mucho antes que los arcos.
• Peso
Un arco para violin pesa entre 55 y 65 gramos, viola entre 65 y 75 grs, cello entre 75 y 85 grs. Arcos pesados pueden dar un sonido más lleno al pegarse mejor a la cuerda mientras que los ligeros pueden ganar en los pasajes de virtuosismo y rapidez, pero pueden perder sonoridad y plenitud en notas tenidas. Lo fundamental es la sensación al empuñarlo. El peso ideal oscilaría en la mitad de los pesos mencionados para cada tipo de instrumento, aunque también hay buenos arcos más ligeros. Un peso mayor refuerza el volumen pero puede ser más difícil para golpes de arco rápidos. Un arco demasiado ligero puede dificultar hacer vibrar las cuerdas.
Arco
En la música, un arco se mueve a través de las cuerdas, causando vibraciones que el instrumento emite como sonido. La gran mayoría de los arcos se utilizan con instrumentos de cuerda, aunque los arcos se pueden utilizar para sacar sonido a sierras musicales y otros idiófonos arqueados.
Habitualmente nos referimos a las medidas de los violines y violonchelos utilizando el instrumento de tamaño de adulto como referencia, denominándolo un 4/4, es decir, un entero. Los tamaños proporcionalmente más pequeños se les denomina por fracciones de la siguiente forma: ¾, ½, ¼, 1/8 1/10, y 1/16, que son los que corresponden a los niños que no llegan a poder tocar cómodamente el entero, por la razón de tener el brazo y los dedos también proporcionalmente más cortos. Es un motivo natural y puramente práctico, que hay que ir adecuando de la misma forma que lo haríamos con la ropa o los zapatos. Por otro lado, las violas siguen una escala de medidas propia y diferente.
Vamos a repasar las diferencias entre ellos para aprender a reconocer señales que distinguen a los buenos instrumentos de los menos buenos, (o directamente malos). Pero hay que tener en cuenta también el arco que se use y las cuerdas que porte el instrumento son muy importantes, pudiéndonos despistar a la hora de valorar el sonido.
Los instrumentos de cuerda frotada de reciente construcción suelen en general ser de precios asequibles, pues además por quién haya sido construido las maderas no están lo suficiente secas para que el instrumento proyecte su sonido, aprobado por quien está acostumbrado a notarlo.
• ¿Cuál es la composición del barniz y qué relación tiene con el sonido?
Las recetas de barnices utilizadas en luthería son muchas y muy variadas. Podemos dividirlas en los siguientes grupos: “al alcohol”, “al aceite”, “mixtos”, y “a la cera”. Los primeros son elaborados con resinas naturales (Goma laca, Sandáraca, Elemí, Dammar, Mirra, Benjuí, Trementina de Venecia, Copal, etc.) diluidas en alcohol. Los barnices al aceite se preparan con resinas (ámbar, elemí, sandáraca, etc.) disueltos directamente en aceites (lino, esencia de trementina, etc.). Los barnices mixtos son resinas diluidas en alcohol, con un agregado de aceite (lavanda, lino, etc.). Los barnices a la cera, además de resinas, tienen un alto contenido de ceras (cera de abejas, carnaúba, de laca, etc.) El barniz es muy importante para el sonido del instrumento dado que tiene que permitir que éste vibre libremente. Para esto es necesario que el barniz sea lo suficientemente elástico como para acompañar el movimiento de la madera, y no rígido y duro. Tampoco debe ser “gomoso” y que absorba las vibraciones. Sin olvidarnos que debe proteger al instrumento así como embellecerlo.
Luthier Miguel Mateo - Telf: 876 71 73 11 - Calle Monterregado 28, 50007, Zaragoza - info@miguelmateoluthier.com