Vamos a repasar las diferencias entre ellos para aprender a reconocer señales que distinguen a los buenos instrumentos de los menos buenos, (o directamente malos). Pero hay que tener en cuenta también el arco que se use y las cuerdas que porte el instrumento son muy importantes, pudiéndonos despistar a la hora de valorar el sonido.
Los instrumentos de cuerda frotada de reciente construcción suelen en general ser de precios asequibles, pues además por quién haya sido construido las maderas no están lo suficiente secas para que el instrumento proyecte su sonido, aprobado por quien está acostumbrado a notarlo.
Los instrumentos que son fabricados por luthieres de reconocido nombre empiezan a construir con maderas que tienen un secado mínimo garantizado de 25/30 años en adelante. Los precios de instrumentos catalogados como profesionales tienen un precio inicial de entre 6000 a 10000 euros, la valoración la determina el conjunto de caché o renombre del constructor, antigüedad de las maderas, categoría de calidad en las maderas, tiempo de dedicación a la construcción, tipo de filetes, barniz empleado y complementos utilizados en clavijero, cordal y si estos tienen decoraciones labradas en la madera.
• Veta fina
Los violinistas suelen preferir que la veta sea recta y no muy ancha, afinándose gradualmente hacia el centro del violín, aunque esto no necesariamente es siempre lo mejor. Hay violines con una veta perfecta que no suenan bien, y grandes violines con una veta imperfecta.
• Curvatura
Una tapa plana suele dar un sonido más fuerte y poderoso que una tapa muy arqueada. La curvatura de la tapa suele estar entre los 15mm y los 8mm de alto. El fondo es algo más plano. En la fotografía se puede apreciar que tiene la tapa un poco más de curvatura que el fondo.
• Lineas Bien Dibujadas
Puedes pasarte horas mirando las líneas de un violín. Todas parecen similares, pero todas son algo distintas. Lo importante es que estén bien dibujadas y fluyan, sin que haya partes planas o ángulos raros. La curvatura no debe ser demasiado alta o baja, o demasiado estrecha y aguda. Aunque esto requiere experiencia, cuanto más mires más verás.
• Pequeño canal
Un violín o viola con un pequeño canal o “valle” amplio cerca del borde tendrá normalmente un sonido mejor que otro en el que apenas se aprecie este canal.
• Estradivarius
Muchos violines se basan todavía en el modelo diseñado por Stradivarius alrededor de 1700, pero se utilizan los nombres de otros constructores para indicar diferentes modelos. Las diferencias son pequeñas pero están bien documentadas. Un modelo Stradivarius es un poco más ancho y tiene las f más cortas que un Guarnerius, por ejemplo.
• GRUESAS Y FINAS
Algunos violines baratos tienen tapas más gruesas, porque se fabrican más rápidamente. Pero si es demasiado gruesa, el sonido será por el contrario “delgado”. Los mejores luthiers miden el grosor de la tapa hasta la décima de milímetro, para poder darle al violín exactamente el sonido que buscan.
• Envejecimiento
Los violines o cellos no tienen siempre un color uniforme. Los antiguos tienen pequeños claros en los sitios donde han sido más manoseados, efecto que se imita a menudo en violines modernos, haciendo que el violín parezca más antiguo de lo que es.
• Grietas
En los violines más antiguos, el barniz puede tener grietas diminutas, y ese efecto puede ser también imitado. Alternativamente, se puede aplicar un barniz más oscuro a la madera para que parezca más antigua.
• Envejecer por encargo
Algunos violines son envejecidos artificialmente para venderlos por más dinero. Se puede encargar un violín y pedirle al constructor que lo envejezca, incluso imitando pequeñas marcas y reparaciones. Bajo mi experiencia, puede resultar también a la inversa. Luthieres que compran instrumentos de segunda mano poniendo etiquetas de nueva construcción con imitación a la antigua. Hay marcas que no se pueden imitar pues sus señas características de roces formados del uso habitual del instrumento, uniformidad de desgastado del barniz, por su trazada, trayectoria, disposición desuniforme, tamaño y profundidad, conocimiento que se adquiere tantos artículos antiguos mirados y de comparar lo real y de lo imitado. A muchas personas les gustan los violines con aspecto gastado (como los vaqueros raya), mientras que a otras les gusta como recién salido de fábrica.
• Aros
En un violín de cuatro cuerdas, el aro mide unos 2,5 cm. Un violín más estrecho puede sonar duro y uno más ancho, vacío. Estas diferencias de tamaño pueden parecer muy pequeñas. En un violín, el aro tiene exactamente la misma medida en toda su extensión.
El grosor se mide exhaustivamente en cada punto de la tapa. En los cellos la altura de los aros varia de unos a otros, con una medida de entre 116/119 mm.
• Violines delgados
Algunas cajas pueden ser más gruesas y otras parecen más delgadas, aunque esto apenas afecta al sonido, pero puede significar que un instrumento se ajuste mejor a ti que otro. Por ejemplo, en una caja más estrecha por arriba puede ser más fácil alcanzar las notas más agudas, cuando se tienen las manos pequeñas.
•Filetes
Los filetes suelen estar hechos de tres tiras de madera, pero a veces hay más. Estas incrustaciones no sirven sólo de decoración, protegen la tapa y el fondo de posibles golpes y además su función técnica es aportar flexibilidad al extremo de la tapa, como si de un muelle se tratara, de amortiguar las hondas vibratorias que alcanzan su velocidad máxima de 343 m/s ( a 20ºC de temperatura y 50% de humedad). Hay que fijarse bien en ellos porque, en los instrumentos de mala calidad, pueden estar pintados sobre la madera en vez de incrustados.
• Volutas
La mayoría de las volutas parecen espirales perfectas, con bordes suaves y bien tallados. Otras parecen más toscas, lo cual no significa que el violín sea peor. Una voluta tosca puede ser un violín barato de fábrica o también un violín italiano antiguo y muy caro (aunque eso será más difícil de encontrar).
• Abierto y cerrado
Se suele usar para pegar los instrumentos un tipo de cola que permite despegar las juntas de nuevo. Así, es posible reabrir el instrumento con facilidad para posibles reparaciones. Esto es muy difícil en un violín barato de fábrica, puesto que, los aros y el fondo suelen ser de madera chapeada y al aplicarle calor el chapeado se desprende haciendo muy débil la estructura al volverlo a reconstruir además de hacer inviable y no rentable su reparación.
• Mango y diapasón
El mango y el diapasón afectan a la facilidad con que se toca un instrumento de cuerda frotada y también a su sonido. Te pueden revelar cosas sobre la calidad de su fabricación.Los diapasones suelen estar hechos de ébano, una madera negra y muy dura. Cuanto más liso y homogéneo sea el diapasón, mejor se toca. Los violines baratos a veces tienen diapasones de una madera suave y de color claro, pintada de negro para que parezca ébano. Esto se reconoce por las marcas que suele dejar los lados o por trozos mal pintados. También hay que apuntar que antiguamente al comienzo de la expansión del violín en el siglo XVII y mediados del S.XVIII los diapasones eran de arce. A partir de esas fechas con la necesidad de incorporar un material que resistiera al desgate se fueron incorporando los diapasones de ébano.
Los mangos suelen tener un color más claro, ya que en un mango oscuro se verían mucho más las zonas desgastadas. En los violines más caros la madera no suele estar barnizada, sino protegida con un poco de aceite. Comprueba si la curva del mango se posa cómodamente en tu mano y si no hay bultos o cosas raras. Que la unión del diapasón al mango es continuo y suave al tacto.
• Diapasón curvado
El diapasón se curva muy ligeramente de forma cóncava, si lo miras desde un lado. Si no es así, las cuerdas chocarán con la madera al vibrar. El grado de curvatura de un diapasón es diferente de un instrumento a otro. Unos pueden ser su curva ligeras y otros más pronunciada. Depende de la configuración estructural del violín, como se haya fabricado.
Por supuesto, el mango y el diapasón deben estar completamente rectos y estar colocados en el centro exacto del violín. No deben curvarse a derecha o izquierda desde un extremo al otro. Ni tampoco debe parecer que alguien ha forzado la madera fuera de su forma natural. Una buena recomendación es echar siempre un buen vistazo al mango desde la voluta hacia el puente.
• Su centro
Otro consejo para mirar violines.Sujeta el instrumento con el cordal hacia ti y comprueba si el puente está colocado exactamente en el centro entre las dos f, y también si las cuerdas se alinean perfectamente rectas a lo largo del diapasón.
• Tensión y/o altura de las cuerdas
La tensión es la distancia entre las cuerdas y el diapasón. Que las cuerdas estén muy altas sobre el diapasón (tensión alta) hace que sea difícil tocar. Si están demasiado bajas (tensión baja), pueden empezar a hacer ruidos. Entre ambos casos, es cuestión de gustos. Una tensión más alta puede dar a tu instrumento un sonido algo más claro y poderoso.
• Cejilla
Las cuerdas no deben llegar a tocar el diapasón en la cejilla. En el otro extremo del diapasón, la distancia entre éste y las cuerdas es mucho mayor. Ahí, las cuerdas gruesas están un poco más elevadas que las finas, porque necesitan más espacio para moverse. La cuerda mi tiene normalmente una tensión de 3 mm, mientras que la de sol está unos 4 ó 5 mm por encima del diapasón. Las cuerdas de tripa necesitan una tensión más alta y las metálicas más baja.
En instrumentos nuevos sin ajustar puede que la tensión sea alta, con lo que costará más tocar. Se puede arreglar colocando un puente y una cejilla más bajos.
• El puente
El puente es inclinado por delante y recto por detrás. La parte de atrás debe ser perfectamente vertical y las patas del puente deben estar colocadas exactamente entre las muescas de las efes.
Unos puentes son lisos y otros moteados, pero esta característica no define su calidad. La veta recta es más importante. La dureza de la madera la dá el tiempo de secado de esta.
Un puente pesado puede apagar el sonido (como hace una sordina), pero si es demasiado ligero puede ser débil o difuso. Además cuánto más dura sea la madera proporcionará mayor volumen y un sonido más brillante.
Hay puentes de diferentes modelos, pero cuesta diferenciarlos si no eres luthier. Un puente debe estar hecho y colocado a medida para el violín en el que se colocará.
A medida que se toca un instrumento, se van hundiendo las cuerdas en el puente. Si las ranuras son demasiado profundas las cuerdas se apagarán y costará afinarlo, reduciendo la tensión. Idealmente, las ranuras deben permitir que dos tercios del grosor de la cuerda sobresalgan del puente. La cuerda mi, que es la más fina, es la que más fácilmente puede hundir el puente y por eso se le suele poner un canutillo de plástico o fieltro a la cuerda o calce de ébano. En los puentes de los cellos y bajos no hacen falta ningún tipo de protección puesto que el diámetro de la cuerda es mayor.La parte superior del puente tiene casi la misma curvatura que la parte superior del diapasón. El puente es más alto en el medio y más bajo hacia la cuerda más delgada. Al principio es más fácil tocar con puentes más curvados, evita que toques dos cuerdas a la vez.
Casi todos los puentes se hunden un poco con el tiempo, por la presión de las cuerda. Un violín sólo producirá su mejor sonido con un puente totalmente recto, por lo que hay que cambiarlo cada cierto tiempo.
• Altura del puente
Los puentes suelen medir entre 31 y 35 mm, para los violines y 91 a 95 mm para los cellos en su punto más alto. Un puente demasiado alto puede hacer que el sonido sea un poco vacío, aunque puede utilizarse para compensar un ángulo demasiado pequeño en el mango.
• El alma
El alma es ese palito ubicado dentro de la caja, bajo el puente al lado de la pata de este y algo detrás. Además de reforzar la estructura, es vital en la producción de sonido, ya que conecta el sonido de la tapa a toda la estructura del instrumento , habiendo más superficie de proyección de sonido. El alma debe estar recta y ser suficientemente larga para que esté bien sujeta pero sin empujar mucho la tapa y el fondo. La posición exacta es fundamental y debe ajustarse al milímetro. Un mínimo movimiento del alma puede modificar el sonido general o de alguna cuerda.
• Las clavijas
Las clavijas se utilizan para afinar, generalmente en combinación con los tensores, aunque los profesionales suelen usar estos en menor medida, mayormente en la cuerda mi, La para los cellos. Las clavijas son más gruesas (Conicidad) en la parte del tirador, para evitar que se suelten. Suelen ser de ébano, madera dura utilizada a menudo también en cordales y barbadas (junto con el palisandro, azufaifo y el boj). Como ya comentamos el palisandro es marrón rojizo y la madera de boj más amarilla.
A veces un instrumento barato puede tener clavijas de otras maderas más blandas, que pueden deteriorarse con el roce de las cuerdas, llegando incluso a romperla.
Las clavijas deben girar fácilmente sin deslizarse solas. Los instrumentos baratos suelen ser un suplicio en este aspecto por lo que es preferible ponerles tensores y usar mayoritariamente estos para afinar. Pude ser difícil mantener la tensión de las cuerdas.
• Tensores o micro tensores
Los tensores son útiles y populares, sobre todo usando cuerdas de metal o sintéticas. No se suelen usar con cuerdas de tripa. Además, muchos profesionales consideran que disminuyen el sonido del instrumento, aunque sea ligeramente. Hay tensores largos y cortos; los largos facilitan algo más la afinación y el cambio de cuerdas, aunque hay que tener cuidado si el cordal está cerca de la tapa porque pueden llegar a dañarla si se aprietan mucho.
• El cordal
Hay cordales de madera, metal y sintéticos, con o sin decoración y con tensores que pueden ser incorporados. El cordal también influye en el sonido del instrumento.
Al igual que las clavijas el cordal puede ser de madera boj, azufaifo, palisandro o ébano, pero también los hay de materiales menos nobles (aluminio, plástico ABS, metales tecnológicos ultraligeros). Existe el cordal modelo francés o el modelo Hill, más anguloso.
Un cordal pesado puede apagar ligeramente el sonido, mientras que uno ligero puede proporcionar un sonido más claro, pero con menor fuerza. Es algo parecido a lo que ocurre con los puentes. Todo esto se aprecia por ejemplo con un cordal pesado pegado al puente y con tensores grandes y largos, todo ese peso puede apagar el sonido. Además, las cuerdas deben quedar perfectamente paralelas en la zona entre el puente y el cordal; si no es así, es que éste es demasiado estrecho o demasiado ancho para ese instrumento.
* Información cedida por Jesús Fernandez - Deviolines.com -
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Evangelina Bode (domingo, 05 febrero 2017 09:09)
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Mauricio (sábado, 24 febrero 2018 16:27)
Discrepo con que los mangos no se inclinaran antes de 1800. Muchas gracias por toda la información que comparte. Un saludo.